Todos tenemos tiempos de ganancia y también tiempos de pérdida. Ecl. 3:4
Enfoque equivocado:
Asumir que los sufrimientos que estamos viviendo es castigo, olvido o abandono de Dios.ISA. 49:14, Sal. 22, Lam. 1:16;5:3
Cuando se suman problemas
1. Un día arduo de trabajo. Mar. 4:35
2. Sigue el trabajo. Mar. 4:35-36
3. Los problemas no se acaban.4. Se levanta la tormenta perfecta.
¿Qué podemos perder?
La fuente de provisión familiar.
Recordemos:
Algunas veces perdemos la fuente de provisión para administrar con sabiduría y valorar lo que tenemos.
Dios es nuestra Padre eterno, El está a cargo de todo en todo tiempo Mat. 6:25-27
Muchas veces Dios provee de maneras especiales, extraordinarias y en ciertos casos, milagrosas. Rut. 2:1-22
¿Qué podemos perder?
Amigos, familiares, hijos, cónyuge, etc.
Recordemos:Tenemos muchos conocidos, pocos amigos, verdaderos, poquísimos. Prov. 18:24, 17:9, 17:17
Solo tenemos a un amigo que jamás nos fallará. Jn. 15:15
¿Qué podemos perder?
En tristes ocasiones, se puede perder el vínculo conyugal.
Recordemos:
El fracaso no es el final de la vida. Es la oportunidad para avanzar a pesar de la circunstancia.
Para no ser agobiado por la culpa y vergüenza, apoyarse en el Señor e involucrarse en la vida activa de la iglesia.
Se puede perder el amor de la vida, pero jamás el amor eterno de Dios. Jer. 31:3
La oración: fuente de fortaleza
Cómo creyente, nuestra esperanza no depende de personas o circunstancias, sino de Dios quien está por encima de todo. Sal. 18:6
La oración no cambia a Dios, nos cambia, de mirar nuestra realidad a ver a Dios que nos sustentará en la crisis que estamos pasando. 2 Cor. 12:9-10
Comparta su situación Los tiempos de crisis son agotadores física, emocional y espiritualmente. Es necesario que alguien de confianza ayude a manejar con sabiduría lo que se siente y experimenta. Pro. 17:17
El Señor Jesús, que es nuestro ejemplo ( Jn. 13:15), en el preámbulo de sus peores horas, pidió ayuda a sus discípulos. Mr. 14:34-35
Confiar y seguir confiando.La confianza en Dios comienza en los tiempos buenos, dónde se ejercita la gratitud de que todo lo bueno viene de la bondad de Dios. Ecl. 7:14, Det. 8:10-11
Aunque no se entienda la razón del sufrimiento, Dios tiene el control y la última palabra en todo lo que acontece.
Promesa divina.
Aún en la vejez, cuando ya peinen canas, yo seré el mismo, yo los sostendré. Yo los hice y cuídate de ustedes; los sostendré y los libraré. ISA. 46:4